El Ca(s)ador de noticias




"Todo fantasma necesita una casa encantada"/ Juan Sasturain.


Podría existir el fantasma de un arrendatario pero ¿Puede existir un fantasma sin morada? 
¿Los sin casa, los desposeídos no tienen la posibilidad de ser fantasmas?.

No son nuevas las agresiones a los vagabundos. Ellos y los fantasmas son personajes que se catalogan como literarios, parte de la estadística que nadie quiere ver, salvo en cuentos y películas del género.
Mi hijo, el skater, el camarógrafo, ve un película de terror coreana cuando su mujer le advierte que unos muchachos le están prendiendo fuego al carrito de supermercado, lleno de cachivaches, del linyera que vive al lado de los contenedores de basura, en una de las esquinas del Pasaje del Signo en Palermo, Buenos Aires.
Las imágenes a 29,97 cuadros por segundo y sus palabras actuadas narran “a la manera de un caza noticias” los hechos. Su voz denota una distancia, cierto agotamiento, pero como todo un profesional, hace el registro según el formato y la norma. En un momento (no podría ser de otra manera) nombra a Tony Touch, un DJ famoso nacido en Brooklyn, la voz de la calle.
El habitante de las calles, los nómadas sin voz, ajenos a los ritmos de moda son las mermas de los modelos, de los sistemas sociales, políticos y económicos. Ya que carecen de domicilio fijo, toda la ciudad es suya.Ellos llevan el concepto primordial de la arquitectura: el habitar al límite. Su presencia interpela el principio de lugar.
Los pibes pandilleros que queman los objetos del vagabundo actúan como el genius loci de la mitología romana que toma forma de serpiente y representa el espíritu protector del lugar. Los cachivaches incinerados son la ofrenda, lo sacrificado. A un fantasma se le permite mover los objetos, no acopiarlos o colocarlos. Se le priva de sus objetos. Se inmola todo lo que constituya residencia.
La palabra colocar viene del latín locus, un término que ha sido empleado en estudios sobre lo urbano para significar lo que el lugar tiene de propio y distintivo. Colocarse es, por tanto, insertarse en una realidad previa que cuenta con sus propias reglas.(1)
Reglas que no son explícitas, pero que obedecen a un programa de segregación. Lo que los pirómanos delincuentes no comprenden es que el espectro y la ventura son una gama amplia de transiciones en donde la posición es dinámica y donde habitan todos los colores.

Hugo Robles Lama






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